Evidentemente, nuestro país en el momento histórico actual está desarrollando una seria y profunda transformación de su sentido democrático, dándose como consecuencia que el estado accione estratégicamente con el fin de adaptarse o, por el contrario, defenderse de tal cambio. Por múltiples motivos que se tengan, el proceso socialista moderno esta allí y no es esquiva de nuestra vida diaria.
Entre esos entes del estado que se aferran a una metodología e ideología capitalista y robotizada que simplemente lleva a la autodestrucción del humano, es la universidad, específicamente las universidades tradicionales. El actual sistema universitario inflexible, centralizado en unos pocos y con el poder distribuido verticalmente (demasiado para unos pocos y nada para la mayoría) hace que el estudiante esté produciendo conocimientos de alienación y poca pertinencia social, siendo la excusa principal, el uso de la mal llamada “autonomía universitaria”.
Para ello el sistema se defiende muy bien, vale la pena destacar, y lo digo porque es increíble cómo pasan los antivalores de la desigualdad, pasividad, irrespeto, anarquía, etc., frente de nosotros y no nos damos cuenta, o simplemente ignoramos el sentido déspota que traen consigo. Igualmente aunque algunos nos damos cuenta de esta realidad, al final dirán “eso no me interesa, lo importante es graduarse”.
Compañeros y compañeras, tenemos la dictadura en frente y no hemos hecho nada para detenerla. Por ejemplo: La universidad, siendo su principal meta, formar un ciudadano “critico, reflexivo, investigador, que sepa desenvolverse en su entorno con éxito y blah blah blah” nos aplica un sistema donde nuestro voto tiene un valor mísero delante de un docente, donde se ven violentados nuestros derechos académicos de recibir una educación de calidad por algunos profesores “piratas”, donde los departamentos y dependencias que otorgan los servicios a los estudiantes, de forma muy irónica, no cuentan con ningún tipo de participación estudiantil y por último, unas elecciones de representantes estudiantiles al CONSEJO UNIVERSITARIO Y ACADÉMICO (principales entes donde se toman las decisiones que nos afectan) pasan por debajo de la mesa (apuesto a que no saben cuáles son sus representantes estudiantiles), son hechos que reflejan claramente la manipulación descarada que vivimos a diario. Con esta formación salimos de la universidad, por tanto, la misión tan bella y redactada con mucho esmero por parte de las autoridades de la UNEG, en este caso, donde dice: “ES MISIÓN DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL DE GUAYANA, formar ciudadanos, intelectuales y líderes para la transformación socio-cultural y técnico-científica que aseguren el desarrollo social y económico sustentable, con respeto y protección al ambiente y a la diversidad biológica y cultural de la región Guayana para las generaciones futuras. La UNEG se constituye en un espacio de construcción colectiva de conocimientos y compartir de saberes, fomentando el arraigo cultural en el marco de la diversidad, fundamentada en la ética, la solidaridad, la paz, la libertad académica, la autorreflexión crítica y comprometida con la preservación y defensa de los valores que hacen posible la convivencia ciudadana y el respeto a los derechos humanos como patrimonio fundamental de la sociedad” se cae definitivamente por algo parecido a esto: Formar ciudadanos pasivos, anticríticos, que no le importa su sociedad ya que solamente es importante nuestros intereses personales, para ello la UNEG nos da una serie de herramientas que nos sirven para trabajar y obedecer a nuestros jefes porque si no lo hacemos nos despedirán inmediatamente… Esta es más o menos una visión más real del perfil del egresado, no solo de la UNEG, sino de la gran mayoría de las universidades tradicionales.
No obstante, esta realidad no es infinita, aunque los generadores de la misma quieran que lo sean. Para ello debemos hacer uso de nuestra “libertad de expresión” (tema muy de moda por cierto) ya que reprimir nuestros deseos de mejorar por el simple hecho de que nos metemos en algún problema con una autoridad universitaria o que nos pueden “raspar” es simplemente una demostración de que tenemos MIEDO, y con miedo el hombre ni la mujer hacen uso verdadero de la libertad de expresión.
Entre esos entes del estado que se aferran a una metodología e ideología capitalista y robotizada que simplemente lleva a la autodestrucción del humano, es la universidad, específicamente las universidades tradicionales. El actual sistema universitario inflexible, centralizado en unos pocos y con el poder distribuido verticalmente (demasiado para unos pocos y nada para la mayoría) hace que el estudiante esté produciendo conocimientos de alienación y poca pertinencia social, siendo la excusa principal, el uso de la mal llamada “autonomía universitaria”.
Para ello el sistema se defiende muy bien, vale la pena destacar, y lo digo porque es increíble cómo pasan los antivalores de la desigualdad, pasividad, irrespeto, anarquía, etc., frente de nosotros y no nos damos cuenta, o simplemente ignoramos el sentido déspota que traen consigo. Igualmente aunque algunos nos damos cuenta de esta realidad, al final dirán “eso no me interesa, lo importante es graduarse”.
Compañeros y compañeras, tenemos la dictadura en frente y no hemos hecho nada para detenerla. Por ejemplo: La universidad, siendo su principal meta, formar un ciudadano “critico, reflexivo, investigador, que sepa desenvolverse en su entorno con éxito y blah blah blah” nos aplica un sistema donde nuestro voto tiene un valor mísero delante de un docente, donde se ven violentados nuestros derechos académicos de recibir una educación de calidad por algunos profesores “piratas”, donde los departamentos y dependencias que otorgan los servicios a los estudiantes, de forma muy irónica, no cuentan con ningún tipo de participación estudiantil y por último, unas elecciones de representantes estudiantiles al CONSEJO UNIVERSITARIO Y ACADÉMICO (principales entes donde se toman las decisiones que nos afectan) pasan por debajo de la mesa (apuesto a que no saben cuáles son sus representantes estudiantiles), son hechos que reflejan claramente la manipulación descarada que vivimos a diario. Con esta formación salimos de la universidad, por tanto, la misión tan bella y redactada con mucho esmero por parte de las autoridades de la UNEG, en este caso, donde dice: “ES MISIÓN DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL DE GUAYANA, formar ciudadanos, intelectuales y líderes para la transformación socio-cultural y técnico-científica que aseguren el desarrollo social y económico sustentable, con respeto y protección al ambiente y a la diversidad biológica y cultural de la región Guayana para las generaciones futuras. La UNEG se constituye en un espacio de construcción colectiva de conocimientos y compartir de saberes, fomentando el arraigo cultural en el marco de la diversidad, fundamentada en la ética, la solidaridad, la paz, la libertad académica, la autorreflexión crítica y comprometida con la preservación y defensa de los valores que hacen posible la convivencia ciudadana y el respeto a los derechos humanos como patrimonio fundamental de la sociedad” se cae definitivamente por algo parecido a esto: Formar ciudadanos pasivos, anticríticos, que no le importa su sociedad ya que solamente es importante nuestros intereses personales, para ello la UNEG nos da una serie de herramientas que nos sirven para trabajar y obedecer a nuestros jefes porque si no lo hacemos nos despedirán inmediatamente… Esta es más o menos una visión más real del perfil del egresado, no solo de la UNEG, sino de la gran mayoría de las universidades tradicionales.
No obstante, esta realidad no es infinita, aunque los generadores de la misma quieran que lo sean. Para ello debemos hacer uso de nuestra “libertad de expresión” (tema muy de moda por cierto) ya que reprimir nuestros deseos de mejorar por el simple hecho de que nos metemos en algún problema con una autoridad universitaria o que nos pueden “raspar” es simplemente una demostración de que tenemos MIEDO, y con miedo el hombre ni la mujer hacen uso verdadero de la libertad de expresión.
En segundo lugar debemos llegar a un punto donde las relaciones entre los entes, departamentos, rectores, coordinadores, FCU, Centros de Estudiantes, etc., sea horizontal y equilibrada, donde nos veamos todos con la misma altura y no ver, por ejemplo, al consejo universitario y a los rectores como gente de “elite” que son inalcanzables. Al final de cuentas es labor de cada una de estas dependencias servir a la universidad, con especial atención a los estudiantes. Para ello debemos entender que la asamblea estudiantil es el principal poder de cambio de los lineamientos actuales de la universidad tradicional.
En tercer lugar debemos participar en la creación de la “Constituyente Universitaria”. Esta propuesta que ha arrancado a nivel nacional tiene el fin de democratizar el actual sistema educativo, con ello acabaríamos la actual dictadura que antes les describía. Para ello es nuestra responsabilidad el formarnos, educarnos y concientizar en nuestra mente la importancia de nuestro verdadero papel ante el país como estudiante de educación superior. Les dejo esta página web donde se pueden informar un poco al respecto:
http://www.analitica.com/bitblioteca/carlos_lanz/constituyente.asp
Por último les hago un llamado a practicar esos valores tan perdidos del respeto, solidaridad, socialización del conocimiento, amor, dedicación, etc., que nos permitirán llevar a la realidad las metas que nos proponemos para mejorar nuestro futuro. Para ello, dediquemos un pedazo de esa planificación de vida que hacemos, o que más o menos tenemos visualizada, a participar, liderizar y realizar actividades en pro de la transformación de la educación básica, media, diversificada y superior, ya que son ellas el motor fundamental de nuestra sociedad.
En tercer lugar debemos participar en la creación de la “Constituyente Universitaria”. Esta propuesta que ha arrancado a nivel nacional tiene el fin de democratizar el actual sistema educativo, con ello acabaríamos la actual dictadura que antes les describía. Para ello es nuestra responsabilidad el formarnos, educarnos y concientizar en nuestra mente la importancia de nuestro verdadero papel ante el país como estudiante de educación superior. Les dejo esta página web donde se pueden informar un poco al respecto:
http://www.analitica.com/bitblioteca/carlos_lanz/constituyente.asp
Por último les hago un llamado a practicar esos valores tan perdidos del respeto, solidaridad, socialización del conocimiento, amor, dedicación, etc., que nos permitirán llevar a la realidad las metas que nos proponemos para mejorar nuestro futuro. Para ello, dediquemos un pedazo de esa planificación de vida que hacemos, o que más o menos tenemos visualizada, a participar, liderizar y realizar actividades en pro de la transformación de la educación básica, media, diversificada y superior, ya que son ellas el motor fundamental de nuestra sociedad.